sábado, 20 de septiembre de 2008

In årsfest vita

El lema de la Universidad de Roskilde es “in tranquillo mors, in fluctu vita”, que quiere decir “en la quietud la muerte, en lo dinámico la vida”. Un logo muy apropiado para una universidad que lo basa todo en la participación de los estudiantes y en el contínuo diálogo. En la camiseta de la fiesta anual, sin embargo, el lema es distinto: “in studium mors, in årsfest vita”.
La fiesta de ayer fue espectacular. Muchas carpas con música (no me refiero a carpa con música como la de Migue, sino como la de los circos), mucha gente, muchos guardias de seguridad, la cantina transformada en una sala de música electrónica; mucho, mucho bailoteo (en cualquier parte, jardines, tarimas, mesas, pasillos); y kissing points (si queréis saber lo que son, haber venido).
Sobre las tres, al biruji, me dí un paseo alrededor del lago. La superficie estaba llana como un espejo. Eso es peor, porque así es más difícil ver los icebergs.
A las 6 llegué a Korallen, y encontré a algunos compañeros charlando en una cocina, y allí me quedé yo. Carlos (madrileño) se había encontrado a lo largo de la noche dos teléfonos móviles. Alguien preparó unos espaguetis incomibles. Luego llegó Michelle (italiano) cargando unas bolsas con ochenta latas vacías de cerveza. Es que en el supermercado nos dan una corona por cada una. Michelle tiene un ojo especial para encontrar latas vacías, como si tuviera un radar; y había invertido parte de la noche en esta búsqueda.
La noche fue, en resumen, genial. La universidad ya de por sí es bonita (dedicaré un post a describirla); verla decorada, iluminada y llena de gente fue inolvidable.
Esta mañana he despertado a las 15.00, me he comido una salchicha y hemos ido a Fakta a vender las latas y a comprar cosas para la fiesta de esta noche (el cumpleaños de dos compañeros). Yo he comprado unos bombones de tofe buenísimos.

Respecto a la salida en Copenhague del jueves, no estuvo mal para ser la primera vez. Pero tampoco estuvo bien. Conocimos a unas danesas simpatiquísimas y guapísimas que nos pidieron que las invitásemos a una copa; las invitamos a copas por un valor de 150 coronas, y luego se esfumaron (con las copas). ¡Tenéis veda abierta para burlaros de mí, malditos!

1 comentario:

j dijo...

Piensa que sólo fueron unas latas vacías... dolerá menos jaja