martes, 31 de marzo de 2009

Días de enfermedad

Como ya dije en este infausto blog, hace poco me robaron el chaquetón y la braga. Bueno, también me robaron el bono del tren, pero eso no viene al caso. Dos días más tarde me entró un gripazo que te rilas. El eferalgan se convirtió en la base de mi alimentación. Dormía poco y mayormente de día. Ahora sigo en mi cuarto, pero los síntomas remiten y utilizo mis fuerzas renovadas para escribir.
¿Qué se hace en esta secta/residencia cuando uno se pone malo? Ver películas y series (me faltan los últimos cinco episodios de LOST). Leer cuentos de Andersen, que pa algo estoy en Dinamarca. Estar enganchado al internet. Ir al cuarto de Pasquale a sostener conversaciones más deprimentes de lo habitual. Tirarme en un sofá de la cocina, cual alma en pena, a la espera de que alguien me ofreciese algo para comer (una patata, un poco de sopa, un champiñón), dado que mi despensa estaba vacía. Hacer malabares en los momentos menos débiles.
Había algunas actividades, sin embargo, que no podía saltarme. El sábado, por ejemplo, colaboré en la mudanza de Dalia, que se va a vivir a Høje Taastrup. Josema y yo ayudamos al padre a cargar los muebles en una furgoneta. Mi habitación ha ganado una alfombra y una mesita; y Korallen ha perdido a su única niña con nombre de flor.
Otro evento fue, el sábado, la Hollywood Party. Había que ir disfrazado de alguien famoso. Yo iba de Jack en El Resplandor (¡¡aquí está Joohnnnyyyy!!). Disfraces aclamados (el mío más que aclamado fue ignorado) fueron cuatro Amys Winehouses y una Nemo toda naranja. Enfermo como estaba, me fui de la fiesta a los pocos minutos.

- JOSEMA, BLANCA, DAVID Y PAULA WINEHOUSE -

- YO CON MIKEL, QUE IBA DEL DUEÑO DE PLAYBOY -

A la mañana siguiente amaneció soleadísimo, así que me abrigué, acompañé a Nemo a su casa y fui al Fakta. Era domingo, no había un alma. Puede que suene extraño, pero ha sido una de las veces en mi vida en las que me he dado cuenta del silencio absoluto a mi alrededor. Hasta mis pisadas en la calle parecían no emitir sonido.
Por la tarde empeoré. Vagué por Korallen hasta que las niñas italianas (dos chicas monísimas y muy simpáticas), al verme en tan miserable estado, me invitaron a un trocito de tarta. Luego, sin siquiera cenar, caí rendido en la cama.
Ayer, haciendo un esfuerzo sobrehumano, fui a clase, porque de otra manera no podré presentarme al examen del viernes. Comí en la cantina y fui a Copenhague a recibir a mi amiga Leti. Es una compañera de la UMA que mandó un corto a un concurso en Dinamarca y la han seleccionado. Se va a quedar una semana en un hotel en Copenhague, y yo le haré de guía en lo que pueda. Me hizo mucha ilusión verla, y estuvimos charlando largo y tendido (sobre todo cotilleos de la facultad, y sobre las implicaciones futuras de la experiencia Erasmus). Entretando íbamos andando por Strøget y Christianshavn; nos tomamos un chocolate caliente y paseamos por los canales de Christiania hasta la Ópera, más lejos de lo que yo nunca había ido. He de decir (!!) que, probablemente por la alegría de ver una cara de la Vida Exterior, la enfermedad se disolvió considerablemente, y pasé la tarde sin apenas lamentaciones ni achaques, disfrutando de la temperatura cálida y la luz del sol.
Hoy por la mañana encomendé a Leti que viera la sirenita, el Diamante Negro y la catedral, porque estoy hasta la coronilla. Por la tarde iré a verla y cenaremos en algún restaurante. Más no anticipemos los acontecimientos. Adiós.

1 comentario:

Leafar dijo...

Hola!

Ya estoy de vuelta de mi expedicion escandinava. Dinamarca me encanto. Muchas gracias Richy! Ya sabes que puedes pasar por Cambridge cuando quieras. Pronto vereis fotos en mi facebook. Manda recuerdos a todos los RUCenses que haya conocido y mejora pronto de ese resfriado!