viernes, 6 de febrero de 2009

Popurrí roskildiano

Hola. Sé que llevo mucho tiempo sin escribir, y noto en los comentarios cierto resquemor y animosidad hacia mi persona. Perdonadme, pero es que el tiempo lleva un ritmo frenético, y muchas veces, con tantas clases, no me da tiempo a sentarme a escribir.
Voy a decir algunas cosas interesantes que han pasado en las últimas dos semanas. Concurso de tortillas de patata (¿o es patatas?) entre Carlos y Paula, que ganó Paula entre una gran polémica (robo de sartenes, ayuda desde el público). Visita a Hillerød y a su castillo, precioso. Todo muy historiado, los suelos, los tapices, los muebles, los jardines. Dentro del castillo fui a abrir una ventana y saltó la alarma, momento desde el cual el guarda no me quitó ojo. En una exposición de cuadros había uno de Lars von Trier, un poco feíllo a decir verdad (era una cara blanca con los ojos azules y saliéndole una gota de sangre de la boca). En el lago alrededor del castillo un pato bomba hizo explosión con gran estruendo.
Estos días se va notando que hay más horas de luz, pero el clima está siendo malísimo. Viento, frío, niebla, lluvia, nieve. Una noche salí de marcha en Copenhague. Fuimos a un pub muy agradable, idóneo para conocer personajes peculiares y un poco borrachos. También he vuelto a ir a la jam session de Christiania un par de veces. Algún día escribiré un post sólo de las jam sessions y sus personajes, pero adelanto que el pianista es particularmente bueno y que el otro día entablé conversación con él mientras hacíamos cola para entrar en el baño.
Otro día fui andando por Frederiksberg, un barrio de clase alta en Copenhague. Vi edificios y parques señoriales y silenciosos, y luego una facultad de la Universidad de Copenhague que está allí (la de económicas, la Copenjeiguen Bisnes Escúl). Hablando de universidades, hace una semana empecé las clases de nuevo. Estudiaré sobre los medios de comunicación impresos. La dan dos profesoras guapitas y apañadas, en una clase muy pequeña para tanta gente, todos apiñados con los chaquetones, las mochilas, los portátiles, las tazas de café. La vuelta a los estudios no ha sido traumática porque, admitámsolo, el ritmo en RUC es relajado. A propósito, en la entrada principal ya han quitado las letras “scenter” de “Roskilde universitetscenter”. Menos RUC y más RU, a secas.
Y la vida en Korallen sigue. Rocío busca piso en Copenhague. El otro día salió ardiendo la residencia de al lado. Vamos conociendo a las compañeras nuevas poco a poco (lo pongo en femenino por su abrumadora y agradable mayoría). Se celebró un cumpleaños a una niña, y al llegar el momento crucial de “happy birthday dear...”, descubrimos que no nos sabíamos su nombre. Ahora casi todos los españoles se han ido a Jutlandia, a conocer la península y su vida nocturna. Ahora Pasquale me espera para cenar, y luego veré a Dalia un ratito.
Y Gumer lleva aquí una semana. Pero ese es otro post y lo dejo para otra ocasión, que m'excedo.
Vuelto a la regularidad bloguera. Y muchas gracias a los incansables lectores que habéis estado al pie del cañón cuando yo no estaba allí.

1 comentario:

Eleuterio Sánchez dijo...

De nada, iyo.
Este comentario solo es de alivio por tu retorno. Creíamos que nos la habías jugado, Rixal, que ya te vale.
Luego escribiré lo que me sugiere tu último pos, en el que vuelves con tus habituales provocaciones.
No sé si entraré al trapo. Por si acaso, preparate.