sábado, 15 de noviembre de 2008

La semana de la garganta dolorida

Hola. Llevo varios días ausente, pero no es para menos. Toda esta semana he estado enclaustrado en Korallen, no he ido a Copenhague, no he ido a la biblioteca ni a la cantina, no he hecho nada sino deambular por la residencia en zapatillas de casa. He tenido un dolor de garganta que sólo he conseguido apaciguar mediante la ingesta de antibióticos, eferalganes y vitaminas.
La causa más probable de mi mal es que el domingo pasado estuve en Copenhague por la tarde, y nada más llegar – fui en coche con Irene y unos amigos que han venido de España a visitarla – nos cayó una tromba de agua increíble. Pasé el resto de la tarde por las calles de Christiania, con los pies mojados y la terrible certeza de que me pondría malo.
Nada interesante, pues, ha tenido lugar. Las temperaturas, que rozaban el cero hace dos o tres semanas, ahora son relativamente altas (11,5º; velocidad del viento: 8,2 m/s; estado del fiordo: no sé, no lo he visto): se acabó lo de helar por las mañanas. Eso sí, se nota mucho lo pronto que anochece. Cualquier día que despierte tarde después de una fiesta, no veré la luz del sol; creeré que sigue siendo la misma noche y seguiré de fiesta, entrando así en un bucle de consecuencias imprevisibles.
Para más inri, Korallen (la foto es de hace dos meses) está muy vacío. De manera paulatina, a lo largo de esta semana se ha ido marchando mucha gente (todos los españoles y Christy a Berlín, Amsterdam y Groningen; y Shannon se ha ido a Madrid), y eso se nota en la tranquilidad de las noches, en la limpieza de las cocinas por la mañana, y en el silencio de los pasillos. A la tranquilidad también ha contribuido el que mucha gente haya estado de exámenes.

Ayer por la mañana fui a Roskilde para comprar unos billetes de tren. Paradójicamente, no pagué el tren hacia Roskilde, y el trayecto, que son sólo cinco minutos, se me hicieron eternos (a Fer también, que los pasó escondido en el servicio).
Por la noche hubo una fiestuqui con ambientación psicodélica organizada por las niñas estadounidenses, pero no fui. Bastante psicodelia estaba yo ya sufriendo por culpa de los antibióticos como para acercarme. De hecho, me acerqué; pero a los cinco minutos de música psicodélica me mareé y tuve que salir a jugar al tres en raya con María Picatoste – a la que gano jugando al futbolín –. Luego me reconcilié con otra niña con la que mantengo una tormentosa amistad.
Hoy he estado toda la tarde trabajando en el proyecto. Cené patatas asadas con hierbas que preparó Alessandro, y luego, a medianoche, se nos ocurrió a unos cuantos ir a Roskilde en bici a jugar al futbolín. Y allá que vamos, la mar de contentos. Jugamos muchas partidas (equipos: Picatoste & Andreas; Pasquale & Marianne; Michele & Yo); y a la salida del garito descubrimos que a Michele le habían robado su bici robada.
Nos disponíamos a hacer la vuelta a pie como gesto de solidaridad cuando nos encontramos a unos daneses con la bici enajenada. Educadamente se la pedimos, y todo se saldó con un apretón de manos. La bici presentaba algunos desperfectos (guardabarros descompuestos, patilla arrancada, cadena salida, malas puñalás les den), pero ninguno letal. Ayudé a poner la cadena y, felices y con la cesta de la bici llena de latas vacías encontradas en la calle, llegamos a Korallen. Michele ha bautizado ahora a su bici. Se llama “Heroica”.

2 comentarios:

Pikatoust dijo...

Vaya noche! Memorable!
No has dicho nada de los soldados de Michele... Bueno, el post está bien. No está mal. Adiós!

Eleuterio Sánchez dijo...

Algunos de los principales temas transversales deste bloj, enunciados no necesariamente por orden de importancia:
la comida.
las fiestas.
la fauna(la propiamente dicha y la otra).
la(s) bici(s).
¿el proyecto?.