lunes, 15 de diciembre de 2008

Monica y Chris

Korallen se vacía. Monica y Chris son americanos, y se les ha acabado la estancia aquí. No son las personas con las que más trato he tenido, ni comían usualmente en mi cocina ni venían a las fiestas; pero puedo afirmar que son una parte muy importante de Korallen y que les echaré de menos.
Para introduciros a Chris, os invito a que visitéis mi primera entrada en este blog, la del 31 de agosto. Estaba en el saloncito del Danhostel y sólo había un cable para el internet. Permitidme autoparafrasearme, “... cuando el danés que lo está usando ahora deje de utilizarlo lo conectaré al portátil...”. Ese danés no era danés. Era un estadounidense corpulento y de voz gravísima: Chris. El mismo que, cuando fui un homeless (22 de septiembre) me preparó espaguetis y me dijo “I'll get you into your room”.
Chris es un hombre sano y fuerte. Salía por la noche a correr o con la bici. Durante todo el día se veía su flexo encendido por la ventana, y era él estudiando. Tenía buena mano para la comida, y compartía gustoso con los demás lo que preparaba. Habla italiano porque pasó dos años viviendo en Italia, y le encantaba hablar con los italianos sobre su estancia allí, recogiendo aceitunas, comiendo queso y bebiendo vino en el cortijo. A veces se arrancaba con un español muy gracioso y por lo general soez. Hacía gracia escucharle hablar sobre su abuela y sobre sus cuatro hermanos mayores.
Chris vivía en uno de los puntos calientes de Korallen: el pasillo adyacente a la spanish kitchen. Incontables habrán sido las noches que no haya pegado ojo a causa del jaleo, y un par de veces salió mosqueado; pero nunca guardó rencor alguno, y siempre animaba a la gente a unirse a las fiestas aun cuando luego él nunca asistiese.
Chris, zalamero con las niñas, crujidor de espaldas. Una gran persona.

Monica es medio sueca, es alta, rubia y tiene los ojos azules. Vivía en la tercera planta. Desde su ventana se veía todo Trekroner, la universidad, y hasta la catedral de Roskilde (muy a lo lejos, claro). Yo solía ir a su cuarto a charlar con ella. En Seattle ella estudia cine, y de hecho su “proyec” era hacer un corto. Pero al final no hablábamos tanto de cine como de la vida. Monica ha tenido una vida dolorosa. Ha sufrido estando en Dinamarca, y puede que siga sufriendo de vuelta a casa. Porque es una persona buena, compasiva incluso con los que la traicionan.
Monica fue una de las que gasearon cuando fue a protestar para que cerrasen el gueto de inmigrantes de Copenhague, y va a conferencias feministas. Es una luchadora. Quiere ser feliz, y estoy seguro de que a pesar de los pesares lo ha sido y lo será.
La gente quiere mucho a Monica. Lo sé por la cantidad de lágrimas españolas que se han derramado por ella.

- MONICA (A LA IZQUIERDA) CON ROCÍO -

Por favor, no recurráis mucho a mi melosidad a la hora de hacer las críticas pertinentes (a la vez que impertinentes) en los comentarios. Gracias.

3 comentarios:

Felia dijo...

Chris me parece melosamente güena gente y me gustaria q me kurjiese la espalda, illo, q bien me duele de tanto hestudiar.

Miguel dijo...

melosón, melosón
¿iyo qué di exactamente llegas y a que hora?? necesito saberlo, el viernes hay juerga de artabuses

Eleuterio Sánchez dijo...

Hoy s´´i que te has pasado un taco, Rixi.Lo de Cris parece un articulillo de esos que escriben en un periódico cuando la palma alguien, sólo te ha faltao decir al final "se ruega una oración por su alma, el sepelio tendrá lugar en tal garito de Korralen, nose qué no secuantos..." que mal royo, iyo, si yo fuera el Kris ese, ibas tú apañao. Eso no es melosidad, rixal, eso es humor negro, macho.
En cuanto a lo de Monica... es que no paras de probocar, pero ya te dije que YO PASO, y no tenteras, reehy. Que si su bida dolorosa, que si buestras combersaciones sobre la bida... que no, tío, que yo no pico. Por ahí andan el macarroni y la felia, mira a ber si ellos entran al trapo.