martes, 2 de diciembre de 2008

Estocolmo (parte 3 de 4)

El miércoles por la mañana nevaba. Fuimos a desayunar a una cafetería calentita y acogedora en el Gamla Stan, sandwich con café y camarera de agradable mirada. Paseamos un poco por el barrio y compramos algún que otro capricho; y luego Laura, Maite, Rocío y yo nos encaminamos al barrio sur, Södermalm, a comprar unas botas para la nieve. Hay una tienda (número 2) que encontraron los italianos el primer día, donde por 10 euros te las compras. Son horrorosas y por detrás pone Belle, pero al menos son calentitas. Rompí un atijo in situ (al ponérmelas en la tienda), pero me dio vergüenza decirlo. Comimos unas galletitas de canela que había en el mostrador para los clientes y salimos del local con nuestras llamativas botas nuevas.
Esta parte de la ciudad es un poco montañosa; el número 3 es un mirador al que se llega por un puente vertiginoso. Eché mil fotos a la ciudad, que era un mar de tejados nevados, y volvimos al Gamla Stan. En el número 4 nos reencontramos con el resto de la tropa. Ahí está el palacio real, y llegamos justo para presenciar el cambio de guardia, a las once. Tamborcitos y cornetas y soldados haciendo figuritas.
Luego fuimos a ver la catedral, el número 5. Es muy alta, y el pico principal es de hierro forjado de manera que se puede ver a través el cielo azul. Azul digo, porque salió el sol, para alegría de los excursionistas, tan hastiados ya de tanta nievecita del puentencito.

Fuimos al ayuntamiento (número 6), un edificio de ladrillo rojo a la orilla del agua, que es donde se entregan los premios Nobel. Tiene un patio interior con una columnata, y un muelle en el mar. Me llamó mucho la atención el sonido: un goteo constante e intenso, provocado por la nieve que se derretía en los tejados y caía al suelo.
Fuimos al Norrmalm, y comimos (número 8) en la calle Droninggatan, la cual ya mencioné en este infausto blog. De nuevo por muy buen precio (ocho euros), pollo a la plancha con patatas, ensalada libre, pan y cafecito. El servicio estaba estropeado y tuve que ir a la estación de metro.
Paseamos por Droninggatan, donde la gente se compró gorros, chaquetones y guantes (a propósito, Estocolmo es la ciudad donde más guantes sueltos hay en el suelo por metro cuadrado). Rocío y yo nos quedamos solos y fuimos a la pista de patinaje en el Kungsträdgården (número 9) a esperar hasta que llegó el resto del grupo.
Qué bien nos lo pasamos. Al principio titubeábamos, pero luego cogimos soltura y acabamos todos cogidos de la mano, dando vueltas ocupando toda la pista, o en fila como si fuéramos un tren. Nos caíamos, intentábamos frenar, nos agarrábamos a las vallas del borde, nos reíamos mucho.
A las seis cerró la pista, y nos encaminamos al Kungliga Humlegården (número 9), donde el día antes habíamos visto a los niños con los trineos. En principio la gente no tenía muchas ganas de ir a este sitio, porque querían volver pronto al hotel para ducharse y salir a algún pub. Pero entonces nos encontramos con los italianos, que se habían agenciado un trineo. Y fue la apoteosis. Al principio nos turnábamos el trineo, pero luego empezamos a usarlo de dos en dos y de tres en tres; y luego a usar bolsas de plástico e incluso a otras personas. Era fantástico. Estuvimos como una hora tirándonos colina abajo y haciendo el indio.

Deshidratados, cansadísimos, tras un angustioso rato en que creímos que Michele había perdido su mochila con todos los documentos, emprendimos el camino de vuelta. Volvimos atravesando parte del palacio real (número 11).
Esta vez cocinaron los franceses, una tortilla muy rica con verduras y demás condimentos, y luego salimos a un pub que he indicado con el número 12. Había karaoke. Canté Blowin' in the Wind con Rocío, Josema y Michele; pero luego empecé a encontrarme mal (hiato) y volví al hotel. En el camino conocí a Olaf, un sueco de Linköping muy gracioso que hablaba español y con quien estuve charlando mucho tiempo; luego en el hotel estuve charlando mucho tiempo con un brasileño que tocaba en un grupo; y luego junto a la puerta de la habitación estuve charlando mucho tiempo con una amiga francesa con la que por más que hablemos nunca nos entenderemos. Fui a una habitación que no era la mía y me dormí.

3 comentarios:

Miguel dijo...

originally posted by: Ricardo white, alias eljoputaviajero:
habitacíón que no era la mía y me dormi,
???????????????????????????????
monísima + habitación + ricardo???
queeeee maaaaal roooollo

ricky, es verdada que me confundío de post, iyo que ayer no estaba en lo que estaba, porque hoy habñia quedao con pupilo 3 y estaba nerviosín.

ciao pichurrin

¿ffffeeeeeeliaaaaaa?????

Miguel dijo...

er richi las historietas que cuenta¡¡, parecen libros de los cinco, que recuérdan-me a mi infancia, con las deliciosas tartas de manzana, deliciosos pudings etc
y yo aquí, con la p...sopadesobre , con la p.... pasta y con las p...manzanas¡¡¡

Menos mal que al menos estoy salvado, ya que consumo 2 de los 3 alimentos de la pirámide nutricional clave: yogur, manzanas y nueces, que maaal rollo.

BUeno, atentamente, y esperando ansioso la llegada de la navidad se despide your brother (que no tiene la mirada taaaaan dulece-------mariconada, con perdón de los aguelos----------------como la camarerita del puentecito, peeeeeeero pese a no tener esa mirada tan dulce, ha sido elegido deeeelegado de su clase¡¡, uuuujujujujuju)

p.d.Mi principal función como delegado es asegurarme de que no senteren de que me dicen macarroni en mi piso.

p.d.2. mi compi tuca la guitarrita en una tuna, y me está enseñando, que disparate

Miguel dijo...

dios, tol día esperando a la parte 4 de 4¡¡,