jueves, 14 de mayo de 2009

Excursión a Copenhague

Ayer fue un día muy entretenido. A mediodía, Josema, Sam, Fer y yo cogimos las bicis y nos encaminamos a Copenhague. Supongo que le habréis perdido la pista a mi bici. Haré un breve flashback sobre qué fue de ella. Yuuuummmmm...
Mi bici estaba enganchada en Christiania, y yo había perdido la llave del candado. Me daba miedo llevármela por si alguien creía que la estaba robando y me pegaba una paliza o me tiraba una granada de mano. Un día, sin embargo, me lancé y la cogí, y la llevé a Trekroner. En el camino se me ocurrió la soberana estupidez de pedalear con el candado puesto creyendo que lo reompería. Fue, como digo, una estupidez. La cadena se enganchó en los piñones y los radios se retorcieron. Abandoné a mi bici junto a la estación y ahí sigue la pobre, inservible, sirviendo de alojamiento a múltiples arañas hasta que el óxido la consuma.
Yuuuuuummm. Yo pedaleaba la bici de Jess, una chica australiana muy maja. A medio camino, a la altura de Ålholm (pongo el nombre porque me gusta escribir esa A rara), habíamos quedado con las niñas. Sam se volvió a Trekroner, y a Josema, Fer y a mí se nos antojó algo que comer. Entramos al supermercado con la humilde intención de comprar unas patatas fritas. No sé qué nos pasó, que de repente nos entró un ansia consumista irrefrenable y acabamos comprando toblerones, cocacolas, caramelos, galletas, plátanos, uvas, y hasta un pepino. Salimos, y dos sorbos de cocacola después descubrimos que estábamos inflados y que habíamos pasado por un estado de total enajenación mental.
Llegaron Eva y Blanca, y reemprendimos el camino. Llegamos sanos y salvos a la plaza del ayuntamiento de Copenhague, y torcimos en dirección a la playa de Amager. De repente, mientras cruzamos el puente Langebro (que ocuparía el top 11 de mi lista), suna una alarma. Se nos interpone en el camino una valla con unas luces intermitentes. Nos paramos, confusos. Empieza a acumularse un pelotón de ciclistas y coches. Entonces, ante nuestros atónitos ojos, el puente ante nosotros empieza a levantarse, hasta ponerse casi perpendicular al suelo. Cae todo el polvillo. Y un cacho de barco cruza por el hueco que el puente ha dejado. Luego, suavemente, el pavimento vuelve a recuperar su horizontalidad, levántase la valla, y el tráfico volvió a fluir. Nos quedamos un ratito más en el puente, viendo en el horizonte cómo el puente Knippelsbro (puesto 5) se abría para dejar pasar al carguero. Luego continuamos la aventura.
Habíamos quedado con Rocío en la puerta de un Fakta en Amagerbro (el barrio de la Universidad). Mientras esperábamos y comíamos doritos, vi pasar a un tipo que me resultó muy familiar. Le seguí. Empezó a andar en dirección contraria, y entonces le abordé y le pregunté si había actuado en “El Jefe De Todo Esto”, una de las películas de von Trier. El tío me dice entre dientes que sí. Le digo que la peli es muy buena, pero él pasa de mí y se marcha. Luego vuelve a pasar, pero ni me mira. Luego otra vez de vuelta. Qué tío más raro, macho, pensé. Había también un par de tipos con auriculares y micros. Con la mosca detrás de la oreja, buscamos a nuestro alrededor, hasta que vimos en un balcón una cámara de cine. Todo encajó. El actor en cuestión, Jens Albinus, uno de los actores que suele contratar Lars von Trier, estaba en mitad de una grabación, de ahí su laconismo y su extraña indumentaria marrón. Qué emocionante.
Para no estorbar más al rodaje, nos fuimos a nuestro punto de destino: la playa. Nos tomamos las galletas de chocolate, los plátanos y las uvas; y luego fuimos a las afueras de aeropuerto a ver aterrizar los aviones. Hay un sitio que los ves pasar a un tiro de piedra por encima de tu cabeza.
Todavía en bici, volvimos a Christiania, donde estuvimos charlando un rato. Sin ningún incidente que reportar, volví a Korallen y, con un intenso dolor de estómago causado por mi desordenada dieta, me dormí.
Soñé que Celia se caía del tejado del Diamante Negro, no me preguntéis por qué. Adiós.

1 comentario:

Miguel dijo...

Ricardo porfa publica otro supost que esto ya te se acaba y te keas sin chollo bloguero.