sábado, 27 de junio de 2009

33688

33688 es mi número de participante en el Festival de Roskilde. Hoy hemos ido Fer y yo a Roskilde a coger la pulserita, y luego hemos encaminado nuestras bicis hasta el sitio del festival, a ver qué pinta tenía eso. En el camino, y sobre todo a partir de la estación de tren, lo que había era una auténtica peregrinación de gente de todas las calañas, cargadndo con mochilas, tiendas de campaña, sillas, carros, equipos de música y cantidades industriales de cerveza, en dirección al festival. Lo que hay allí ahora es una masa impresionante de gente ocupando cada metro cuadrado de terreno, bebiendo cerveza, jugando al frisbi y orinando por doquier, esperando a que abran las puertas. El ambiente es bueno y sudoroso, y, como ya he dicho, lleno de personajes estrafalarios.
Las puertas abren mañana a las ocho de la mañana. A decir verdad, Fer y yo aún no tenemos ni idea de en qué consiste nuestro trabajo. De lo poco que sabemos, seremos una especie de relaciones públicas/vigilantes de seguridad, y también sabemos que tendremos que apagar fuegos (?). Qué mal rollo, macho. Dicen que el Festival de Roskilde es la quinta mayor ciudad de Dinamarca.
Los turnos los repartieron por internet esta mañana. A mí me han tocado unas horas intempestivas (aunque por suerte no trabajo cuando toca Coldplay, que es uno de los tres grupos que conozco; un número muy pequeño teniendo en cuenta que tocan 150). Empiezo mañana a las 23.00 horas. Estaré apagando fuegos hasta las siete de la mañana del lunes. Espero que esto no me impida escribir en el blog pequeñas crónicas de mis últimos días en Denmark; por si las moscas, he decidido escribir ahora el último post que colgaré, y que será publicado el día 5 ó 6 de Julio. Será un post controvertido en el que se desvelarán cientos de secretos y se harán polémicas valoraciones... un final fascinante para este blog infausto.
Bueno, aparte de todo esto, han pasado algunas cosillas. María, uno de los personajes más sorprendentes de Korallen, se marchó hace dos días (y yo me perdí su despedida por culpa de un cambio repentino de horarios). Otro día fui a un restaurante a cenar en Roskilde. El miércoles, Sandra Kim, Fer, Marianne y yo fuimos al Tivoli, y nos montamos en 20 de las 25 atracciones que hay, incluyendo “Vertigo”, que es nueva y consiste en una avioneta que los mismos que se montan pueden pilotarla. Lo último fue la montaña rusa; había tan poca gente que, después de la carrera, y como no había nadie esperando, nos dieron otra vueltecita de regalo. Nivel de ganas de potar: 85%.
Bueno, os dejo. Deseadme suerte en mis labores como guardia de seguridad. Adiós.

1 comentario:

Miguel dijo...

que tio macho con número y tó, se parece a nelson mandela uuu