domingo, 5 de julio de 2009

Más música

Amaneció mi último día en Dinamarca, que también es el último día del Festival de Roskilde, y que los dioses satánicos han querido que sea nublado, frío y lluvioso. Con el paso de los días, el festival va cambiando: cada vez huele peor, cada vez hay más porquería por las calles, y cada vez hay más gente. Sin embargo, ahora hay menos gente borracha que al principio, supongo que porque quieren ver la música. Hablando de la música, el sonido del Orange Stage es tan potente que ayer se podía escuchar desde Korallen, a cinco kilómetros de distancia.

Vayamos por partes. Antesdeayer fui, con una bici, a ver algo de música. Vi un poco de Oasis en el Orange Stage, que estaba llenísimo de gente. Luego fui a ver Röyksopp, un grupo de música electrónica noruega bastante raro y con tintes de ultratumba. Cuando ya estaba pensando volverme a Trekroner, vi, entre todos los estandartes que ondeaban, la bandera del Cádiz. Me acerqué y charlé un rato con el colega, un gaditano to gracioso que me dijo que si alguna vez me encontraba solo no tenía más que buscar la bandera en el horizonte, y ya tendría compañía. Reconfortado, volví a Trekroner. Los caminos que conducen al festival están siempre atestados de gente que van o vienen o venden bebidas frías en puestecillos improvisados.
Ayer por la tarde volví al festival, y por fin pude contactar con Fer; nos dimos una vueltecilla y vimos algún concierto juntos. Primero paseamos un poco por entre las carpas, viendo música variada. Por si os interesan los nombres, vi trozos de Gogol Bordello, Klovner i Kamp, Amadou & Mariam y Tony Allen; de ninguno de los cuales sabía nada, ni sabré nada.
Sólo vi dos conciertos enteros. Slipknot (“nudo corredizo”), una banda de rock muy duro, cuyos músicos subieron al escenario con máscaras grotescas y sólo decían palabrotas. Más que un concierto aquello fue un espectáculo, con un sonido abrumador, el batería dando vueltas en el aire, uno dándole con un bate de béisbol a un contenedor, y llamaradas enormes saliendo del escenario.

Hicimos un intermedio para comer un sandwich y ver el campamento donde se queda Fer. Visité mi bici, que después de un día abandonada ya está cubierta por una capa de polvo. Luego fuimos al Arena Stage, donde presenciamos un bello espectáculo de luces, láseres y sonidos profundos y relajantes, del grupo Fever Ray.
Después de este hipnótico show, volví a Trekroner. Me he despertado esta mañana esperando volver a sentir el sol quemando mi piel; pero está nublado. Maldita sea, como llueva en el concierto de Coldplay me cargo a alguien.
Es curioso que ir al festival (cosa que no tenía nada segura) ha hecho que el final de mis desventuras en Roskilde haya llegado de manera suave y desapercibida. Ahora, sí, esto ha llegado al final. Me hace feliz que estés aquí conmigo. Aquí al final de todas las cosas, Sam.

1 comentario:

X´s dijo...

Holaa!! muy interesante tu blog.. he llegado a el buscando información para ir de voluntario al festival, me gustaria si no te importa que me dieras información la forma de accedes al festival, muchas gracias de antemano, shaoo!!