viernes, 12 de junio de 2009

Las palmilleras de Korallen

Una vez alguien dijo que es una lástima que a los héroes les hagan los homenajes y las estatuas una vez que están muertos. En este blog yo he pecado de eso, solo que no espero a que se muera la gente, sino a que se vayan de Trekroner (que un poco es como morirse) para hacerles un pequeño homenaje. El domingo pasado una patulea de gente cargamos con cientos de maletas y una caja enorme hacia el aeropuerto de Copenhague, a despedir a dos heroínas.


Paula es sigilosa y sonriente. Sus habilidades culinarias son escasas, a pesar de lo cual ganó el concurso de tortillas contra Carlos. Sus dotes de cocinera aumentaron considerablemente, pero se quedó atascada en el quiche de jamón y queso (su especialidad). Paula, a pesar de ser aparentemente quebradiza, se apunta a un bombardeo; y ha ido a prácticamente todas las excursiones y fiestas que se han organizado. En sus últimos día solía salir al jardincito de detrás de Korallen a tomar el sol, a pesar de la amenaza permanente de los globos de agua.
Para entender cómo es Eva, lo mejor es describir su cuarto, “el Burdel”, llamado así porque la lámpara estaba cubierta por un paño rojo para atenuar la luz. “El Burdel” estaba permanentemente perfumado por velas aromáticas, la colcha estaba estampada de rosas, igual que los pósters en las paredes. Encima de las cajoneras había decenas de tarritos con perfumes, geles, cremas, fragancias, etcétera. Había un sofá my cómodo y un mueble lleno de cubertería y comida. La habitación entera se sometía a una limpieza exhaustiva una vez por semana (aunque la frecuencia aumentaba dependiendo del estrés de la propia Eva; estas sesiones se llamaban “limpiezoterapia”).
Así es Eva: perfumada, orgullosa, elegante (a excepción de las gafas sin cristal) y oyente fiel de canal fiesta radio. Era el predator de la habitación 18. El día que se vino, hace ya diez meses, le dijo a su madre que en menos de dos semanas estaría de vuelta.
Con Eva y Paula hay incontables anécdotas, dado que, como ya dije, han estado involucradas en cada evento que se ha organizado (fiestas de agua, fiestas destructivas, cumpleaños, etc). Son viejas amigas de Janitor.

Paula se pilló una bici genial en Copenhague, probablemente la mejor bici que hayamos visto. Decidió, pues, llevársela a Málaga. Compró una caja gigante, desmontó la bici y la metió. Yo me presenté voluntario para ayudar a llevar la caja al aeropuerto. Fer y Pasquale se apuntaron a la Bici's Team. Craso error por mi parte, pues acabé malherido.
La caja era enorme y muy inestable. La llevábamos sobre un carrito que no hacía más que desviarse. En el tren bloqueamos el paso en un corredor, y al hacer fuerza para girarla me hice un corte en el dedo corazón. Con la mano sangrando, aún había que llevar la caja por toda la terminal, esquivando gente y paredes por escasos milímetros. Finalmente, la caja fue entregada por la ventanilla de “equipaje grande”, y Paula nos prometió una cena en los espigones que no se me ha olvidado. Media hora después, sin armar un dramático y lacrimógeno pifostio, se marcharon. Fer, Pasquale y yo fuimos a ver los aviones despegar bajo una pertinaz llovizna.

- NO ESTAMOS DEL TODO SEGUROS, PERO HAY UN 80% DE PROBABILIDADES DE QUE EVA Y PAULA ESTÉN METIDAS EN ESTE AVIÓN -

Eva y Paula, las malagueñas de Korallen, capaces de hablar inglés con entonación de La Palmilla; Korallen está perdido sin vosotras. Vuestras canciones melosas no volverán a sonar entre estos muros. Nos vemos pronto.

1 comentario:

Paula! dijo...

Ricardooo!!!
Halagada me hallo al encontrarme con este post! Corroboro el transporte de la bici (aunque un poco exagerado eso de "la mano sangrando", lo cuál dejaste patente en la caja ;))

Lo de la cena para los participantes sigue en pie! ns vemos por la playa!
La malaguita.