domingo, 28 de septiembre de 2008

Resumen del sábado

10 de la mañana. Resacosísimo, me encamino a la facultad. Todas las puertas de RUC tienen un dispositivo electrónico que permite a los estudiantes y profesores acceder a determinadas zonas usando una tarjeta magnética, cualquier día a cualquier hora. No sé a vosotros, pero a mí esto me parece extraordinario.
Tenemos que terminar de montar un vídeo que hemos grabado a lo largo de la semana anterior. En la facultad hay varias salas de edición; esta mañana hay tres grupos de mi clase usándolas. En un aula cercana se celebra un seminario. Les robamos unos panecillos y unos zumos y nos ponemos a trabajar.
Mi compañera de trabajo es madrileña y se llama María; y puede que ahora esté leyendo esto. Hola. María y yo discrepamos sobre las implicaciones morales de los fundidos a negro, pero en general trabajamos de manera eficiente y cordial. Ejem. Para descansar echamos una partida a un juego que hay en la segunda planta. Es como un billar pero con las fichas planas, y hay que golpearlas con los dedos. El nombre más apropiado para el juego es “el rompeuñas”.
Sobre las dos hemos terminado de renderizar el vídeo y de grabar el deuvedén. María se va. Yo me meto en la sala de edición de otra gente y espero a que rendericen lo suyo. Hay una niña china, Jenna, que ha traído comida de su casa. La calentamos en el microondas de una cocina y comemos. Arroz, soja, cáscara de naranja frita y trompetas de los muertos (Jenna me dice que en China las llaman “orejas de los árboles”).
Vuelvo a Korallen a trompicones y me echo una siesta de dos horas mientras escucho Tubular Bells. Voy a una de las cocinas comunes y la barro. Vuelvo a mi cuarto y me echo otra siesta de dos horas mientras escucho la Penguin Cafe Orchestra. Me ducho y vuelvo a la cocina común. Ceno un sandwich de queso y salsa agridulce.
Sobre las 22.00 h se empieza a gestar en la misma cocina una fiestecilla de disfraces futuristas. Mucho papel de plata, auriculares, cables, perchas metálicas, brazos adicionales, cacerolas en la cabeza, trajes verdes y peinados estrambóticos. Mi único atuendo, porque no tenía muchas ganas de fiesta, es una varita mágica plateada enganchada en el pelo. La gente me pide que les conceda deseos, y yo me río como un cretino y agito la varita.
El final de la fiesta lo recuerdo de manera difusa. Había mucha gente venida de todo Trekroner, y al final la cosa acabó muy desfasada; gente bailando Amy Winehouse encima de las mesas o haciendo montañas humanas en un balcón. Sobre las 4.30 tengo una agria discusión con una niña y, hastiado y soñoliento, me voy a la cama.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Así es RUC (maomeno)

Hola. Estoy sentado en un banco fuera de mi departamento. Acabo de jugar a una especie de billar, brilla el sol, estoy en manga corta (una temeridad si tenemos en cuenta el catarro monstruoso que acabo de superar), y Tubular Bells 2 retumba en mi ordenador. El ambiente me es propicio. Yeah.
La Universidad de Roskilde (Roskilde Universitetscenter, RUC) está compuesta de una miríada de edificios, unos grandes, otros pequeños, algunos conectados por pasillos, otros totalmente independientes. Esto hace que sea bastante confuso al principio encontrar lo que buscas, y que los primeros días andes completamente perdido. Entre los edificios hay caminos, césped, setos y árboles (creo que castaños); a veces alguna fuente o una escultura de piedra (la palabra mamotreto también es aplicable a estas manifestaciones artísticas). Cuando el tiempo es bueno hay gente en el césped, estudiando y/o/u/e bebiendo cerveza; pero en general se ve poca gente fuera de los edificios.
Hay dos lagos a cada lado de la biblioteca: uno pequeño y otro grande. Hay un camino alrededor del lago grande, y un muelle de madera con un banquito para charlar y relajarse. Suele haber gente corriendo. Antes había patos y cisnes, pero los cisnes, que, a propósito, son el animal oficial de Dinamarca, desaparecieron hace una semana. Probablemente emigraron a climas más cálidos (te rilas con este apunte ornitológico).
Diseminadas por toda la universidad hay mesas y bancos de madera, donde la gente se reune para comer, estudiar, ligar, o lo que sea; siempre con las precauciones anti-arañiles pertinentes. También hay muchos chismes para enganchar las bicis, o simplemente bicis cencadenadas a cualquier cosa.
La entrada oficial de RUC es pasando bajo un descomunal arco que une dos edificios:

Ningún edificio tiene más de tres plantas, algunos son de color gris y otros beige; y todos tienen muchas ventanas. No hay dos metros de ninguna fachada sin ventana. Una de las paredes de la biblioteca, por ejemplo, está hecha entera de cristal.
De la biblioteca y del interior de los edificios, sin embargo, hablaré más adelante, que por hoy ya me he extendido suficiente. Otro día también colgaré más fotos.
Y, por favor, la comunicación no es tal si no hay feedback; así que, ¡fidbacarme!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

No soy Ricardo

Como el título de este post reza (que mal rollo de palabra macho...) no soy Ricardo, soy Miguel his brother. Para algo fuí yo el mayor promotor y único creador del blog, pos para quedarme con la contraseña y poder publicar algo transcendente. Y creo que esto lo es. Ricardillo, últimamente estoy liadillo y sin internet, por lo que he leído las cosas rápidamente.
Sólo espero que Chanon (shanon en danés) tenga muchos rasgos en común con la muchacha de esta foto.
Saludos!!

lunes, 22 de septiembre de 2008

The Homeless

Hola. Estoy en mi habitación, recién duchado y afeitado, ropa limpia, cuarto de baño fregado y 400 miligramos de ácido acetilsalicílico + 240 de ácido ascórbico en mi organismo. Este estado de pureza y bienestar contrasta bruscamente con lo que ha sido el fin de semana.
El sábado, durante la fiesta de cumpleaños, entré en mi habitación para dejar la cámara y coger un abrigo, y, justo después de cerrar la puerta, me di cuenta de que me había dejado las llaves dentro de la habitación. Como documento antropológico, sirva la última foto que quedó registrada en la tarjeta de la cámara.

Se lo comenté a mis compañeros más allegados, con cuyas respectivas llaves intenté abrir mi puerta, infructuosamente. Ni con tarjetas de crédito ni con imperdibles. Intentamos abrir la puerta de atrás (véase el plano; me refiero a la puerta que da al campito), pero lo único que conseguimos fue abrir un ventanuco que hay arriba; mas nadie cabe por él a no ser que sea arrancado de sus goznes.
Prosiguió la fiesta; ya encontraría algo. Cuando el cansancio se apoderó del personal, Shannon me ofreció su suelo y unas mantas. Yo le pedí una cuerda. No para colgarme, sino para intentar abrir la puerta del campito a través del ventanuco. Infructuoso. No había manera de enganchar el pomo. A dormir al suelo de Shannon.
Al día siguiente, con la espalda dolorida y un catarro en proceso, bajé a a la cocina a rapiñar un poco de comida. Chris (un norteamericano cachas y sorprendentemente simpático al que dedicaré un día un post entero) me preparó espaguetis, y me dijo muy serio “I'll get you into your room”.
No hubo manera. Subido a una silla sobre una mesa intentó desmontar el ventanuco. Cuatro tornillos salieron con facilidad; los demás estaban demasiado duros. Yo aguantaba la silla. Por supuesto, los cuatro tornillos aún no han sido recolocados.
Intenté dormir la siesta en el incómodo sofá de una cocina. Al verme con dificultades, Carlos me dejó las llaves del cuarto de Kepa (vasco), que no estaba en ese momento. Salí de la siesta ya totalmente engripado, exhalando bacilos por cada poro de mi cuerpo.
Pasé la tarde en una cocina ayudando a preparar una cena española. Tortilla de patatas, ensaladilla rusa (qué paradoja), paella. Todo muy bueno, sobre todo desde el punto de vista de un sin techo.
Volví a intentar abrir mi puerta con unas tijeras y una tarjeta de plástico. Mis esfuerzos fueron vanos.
Mendigué por un colchón y unas mantas, El precio fue un par de chistes (el mismo en dos versiones, la española y la inglesa). Instalé mi nueva cama en el cuarto de Shannon, y, maltrecho y maloliente, me dormí.
Desayuné con Shannon y luego bajé a ver al conserje, que ya podría ampliar su horario a los fines de semana. El tío, al que le hablas en inglés y te responde en un danés cerrado, abrió mi puerta con una llave maestra, y me dijo de paso que limpiásemos un poco la cocina común.
Me despido con una foto de mi amada habitación. Tiene sus arañas, su polvo y su desorden absoluto; pero yo la amo. Ahora me voy a la facultad.
http://www.youtube.com/watch?v=Kp3pPFjH_Sg&feature=related

sábado, 20 de septiembre de 2008

In årsfest vita

El lema de la Universidad de Roskilde es “in tranquillo mors, in fluctu vita”, que quiere decir “en la quietud la muerte, en lo dinámico la vida”. Un logo muy apropiado para una universidad que lo basa todo en la participación de los estudiantes y en el contínuo diálogo. En la camiseta de la fiesta anual, sin embargo, el lema es distinto: “in studium mors, in årsfest vita”.
La fiesta de ayer fue espectacular. Muchas carpas con música (no me refiero a carpa con música como la de Migue, sino como la de los circos), mucha gente, muchos guardias de seguridad, la cantina transformada en una sala de música electrónica; mucho, mucho bailoteo (en cualquier parte, jardines, tarimas, mesas, pasillos); y kissing points (si queréis saber lo que son, haber venido).
Sobre las tres, al biruji, me dí un paseo alrededor del lago. La superficie estaba llana como un espejo. Eso es peor, porque así es más difícil ver los icebergs.
A las 6 llegué a Korallen, y encontré a algunos compañeros charlando en una cocina, y allí me quedé yo. Carlos (madrileño) se había encontrado a lo largo de la noche dos teléfonos móviles. Alguien preparó unos espaguetis incomibles. Luego llegó Michelle (italiano) cargando unas bolsas con ochenta latas vacías de cerveza. Es que en el supermercado nos dan una corona por cada una. Michelle tiene un ojo especial para encontrar latas vacías, como si tuviera un radar; y había invertido parte de la noche en esta búsqueda.
La noche fue, en resumen, genial. La universidad ya de por sí es bonita (dedicaré un post a describirla); verla decorada, iluminada y llena de gente fue inolvidable.
Esta mañana he despertado a las 15.00, me he comido una salchicha y hemos ido a Fakta a vender las latas y a comprar cosas para la fiesta de esta noche (el cumpleaños de dos compañeros). Yo he comprado unos bombones de tofe buenísimos.

Respecto a la salida en Copenhague del jueves, no estuvo mal para ser la primera vez. Pero tampoco estuvo bien. Conocimos a unas danesas simpatiquísimas y guapísimas que nos pidieron que las invitásemos a una copa; las invitamos a copas por un valor de 150 coronas, y luego se esfumaron (con las copas). ¡Tenéis veda abierta para burlaros de mí, malditos!

jueves, 18 de septiembre de 2008

La que se avecina

Hola. No tengo mucho tiempo para escribir porque me voy a Copenhague, así que seré escueto.
En el post del lunes comenté que estaban levantando una carpa junto a mi facultad. Pues bien, tengo información de primera mano. Este viernes es la årsfest o fiesta anual de la universidad. Va a ser un desfase. Habrá un mínimo de 15000 personas, y se espera llegar a las 30000. Toda la universidad ha sido cercada minuciosamente con vallas para que nadie pueda entrar sin su ticket (100 coronas). En cada explanada se ha levantado una carpa donde habrá música en directo, barras, etcétera. Por la tarde, a partir de las 14.00, habrá una fiesta en cada departamento; y a las 23.00 todas las fiestas se concentrarán en una sola, y, visto lo que ya he visto, el desmadre será supino.
La årsfest está íntegramente organizada por los alumnos. Hay mucha gente trabajando en ella, y si te presentas voluntario por más de 5 horas no tienes que pagar la entrada. Así que ayer pasé toda la tarde ayudando (cosiendo adornos, poniendo vallas en algunos tramos del perímetro, limpiando la cantina), y se supone que entraré gratis, además de tener la camiseta de voluntario.
Después de esto, hubo una cena en la cantina para todos los voluntarios por solo 10 coronas (aprox. 1,3 €), y lo pasamos bien. Comimos arroz con curry, piñones y pasas; carne frita en miel (?), ensaladas, salsas exóticas, zanahoria picante y melón.
Bueno, deseadme suerte para esta noche en Copenhague, y para mañana en la årsfest. Maldita sea, espero no estar entrando en un bucle.

Por las noches suelo salir a dar un paseo alrededor del lago con gente de Korallen. Por eso está esta foto aquí. A la ziquierda está la biblioteca, y en el centro y la derecha está Trekroner.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Violencia en Korallen

Ha tenido lugar un violento incidente en Korallen. Más concretamente, en mi habitación. Estaba haciendo mi cama cuando, al separarla de la pared para remeter la sábana, encontré en la esquina un arácnido. En el plano he señalado dónde estaba exactamente, y adjunto también una foto del monstruo. Por un momento pensé en salvarle la vida, pero deseché la idea tan rápido como vino. La araña estaba demasiado lejos de las puertas como para intentar echarla. También deseché (aunque llegué a planteármelo) llamar a alguno de mis compañeros para acabar con ella. No, no era plan de destruir tan pronto mi reputación en Korallen.
Soplé para ver si el bicho estaba vivo. Sí, lo estaba. Podría aplastarlo con la zapatilla, pero la araña estaba demasiado en la esquina; quizás no la alcanzaría y ella aprovecharía para escalar por mi pierna o, peor aún, para abrir un agujero con sus quelíceros en la zapatilla y pasar al interior.
La araña empezó a moverse en dirección a un escondrijo entre dos maderas. No podía permitir que se escondiera, pues entonces pondría sus huevos o, sencillamente, esperaría a que el sueño me venciese para atacarme. Miré a mi alrededor. La escoba. Podría aplastarla con la escoba. El problema es que a lo mejor ella se filtraría por entre las cerdas, y no moriría sino que sólo se cabrearía. Entonces tuve un momento de lucidez. Desatornillé el palo de la escoba y la aplasté con uno de los extremos (alguien dirá que podría haberla aplastado con cualquier otra cosa, yo qué sé, un bolígrafo, el diccionario español-danés, la moleskine; pero sólo el palo de la escoba me daba la suficiente distancia como para preservar mi seguridad).
Maté al arácnido, y luego lo eché a la bolsa de basura de mi cuarto. Me quedé pensativo, el cerebro dividido. Por una parte, los remordimientos de rigor; por otra, no podía dejar de pensar que a lo mejor la japuta todavía estaba viva. Por si acaso, tiré la basura al contenedor (además, ya iba siendo hora).
Este violento altercado me ha dejado en un estado de shock transitorio que, por su condición de transitorio, ya se me ha pasado.

martes, 16 de septiembre de 2008

El Gimle

La foto no tiene nada que ver con lo que voy a contar. Ése es Cristian, un sueco mu gracioso que está en Korallen y al que veo más bien poco. Pero es que no tengo aquí la cámara y he tenido que coger la foto de internes. Era lo que había.

Ayer por la tarde fui a Roskilde en bici. Me la dejó un español que está en Korallen. La verdad es que los carriles bici son un gustazo. Se va muy rápido y muy seguro, aunque a veces me entraba un frío pelón debido a la alta velocidad y al frío. Al llegar a Roskilde me perdí un poco, pero con un plano supe encontrar el Gimle. El Gimle es un bar para estudiantes con mucha fama, con eventos culturales y fiestecillas, y este día tocaba cinefórum.
Como llegué temprano (a las 7, y la peli empezaba a las 8), me di una vuelta por las calles. Es un pueblociudad muy bonito, las casas de ladrillo rojo, techo puntiagudo y muchas ventanas (no ponen cortinas, por lo que se pueden ver los interiores); jardines, árboles frondosos, aceras limpias, olor a leña ardiendo en las chimeneas, bastante gente en bici y casi nadie andando. Algo bueno que tienen los daneses es que no te miran como miramos nosotros a los guiris en Tarifa (“ey, mira, guiris”), por lo que en ningún momento te sientes extraño.
Me tomé un perrito caliente por 15 coronas y fui al Gimle a ver la peli. Era en una salita subterránea con sofás y velas para dar ambiente. Un chaval me contó (antes de la película, aunque si me lo hubiese contado durante la película hubiese amortizado más el tiempo) que el gimle es, en la mitología nórdica, el estado de calma y perfección que sucederá al fin del mundo. Te rilas con el gimle, vamos.
Aunque el coloquio fue interesante, de la peli (“Opera Jawa”, Indonesia, 2006) no me enteré de nada. Meted en una batidora toda la tradición india + toda la tradición javanesa + unos cuantos austríacos que le metieron mano + un musical + unos personajes todos con la misma cara + 120 minutos de duración; y tendréis una idea bastante aproximada de la peli.
Volví a Korallen en bici, muriéndome de sueño; saludé con y por cortesía a algunos compañeros, y me acosté.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Sistema educacional de RUC

Hola. Aquí estoy, en una mesita al lado de Kommunication department, tomándome un cafetito (el segundo ya, y son las 11). Vengo de hablar con Rikke para arreglar mi matrícula, y de entregar un mini-trabajo al profesor Thomas Tufte (http://www.ruc.dk/komm/ansatte/vip/ttufte/).
La Universidad de Roskilde se diferencia de las demás universidades del universo porque toda su metodología se basa en el trabajo en grupo. Es una universidad quasi marxista que nació fruto de mayo del 68. Es que me he pillado un folleto explicativo. Este cuatrimestre tengo tres asignaturas, pero no simultáneas sino sucesivas. Para cada asignatura hay que hacer un trabajito en grupo (group work), como lo que he entregado hoy. Esta asignatura era “estudios de audiencia”, y gracias a dios ya ha terminado; ahora empiezo la segunda:“video”. Mi group work para “estudios de audiencia” era algo así como “efectividad de la publicidad en los buzones”.
Pero aquí no acaba la cosa. Durante todo el cuatrimestre hay que llevar a cabo ooootro proyecto, pero mucho más serio y complejo. Las clases de las asignaturas se alternan con clases/tutorías para ver cómo llevamos el proyecto gordo. El mío es, como ya dije, “procesos comunicativos que dirigen la adaptación de los estudiantes estranjeros en RUC”. Durante el segundo cuatrimestre, esta dinámica se repite: tres asignaturas con sus correspondientes group works, y un proyecto grande.
Es interesante, porque todos los estudiantes con los que hablas están trabajando en proyectos, y siempre es un buen tema de conversación porque los hay muy variados. Además, los proyectos de diferentes grupos y departamentos pueden interrelacionarse, y espero que los componentes de dichos grupos también.
Ahora hay un ruidazo terrible. En el cespecito que tengo al lado hay unos obreros levantando una carpa o algo así. Joler. Ya están los daneses preparando otra fiesta.

p.d. Ya he arreglado el reloj del blog.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Værelse 32

Hola. Hoy voy a hablar de mi habitación, la værelse 32. Con el poderoso Paint he dibujado un planito. Se entra desde el pasillo por la flecha naranja. A la izquierda hay un armarito para guardar cosas. Contenido actual: cubertería, paquete de azúcar, bote de miel, papel higiénico. Luego está el cuarto de baño. Si os fijais, la ducha está integrada en el resto del habitáculo sin solución de continuidad; mis duchas son auténticas odiseas y acaba todo empapado y asqueroso. Hay en un lado un calientatoallas que es buenísimo.
Después de la puerta del baño está la cocinita: vitrocerámica, neverita y fregadero. Contenido actual de la nevera: salsa de tomate, judías en conserva, botella de fanta, dos botes de yogur líquido y un trozo de queso. Arriba de la vitrocerámica hay un extractor de aire inapagable, causante de que mis tres primeras noches no pegase ojo.
Luego se llega a la habitación propiamente dicha. Eso tan indescriptible que he dibujado a la derecha es un armarito, como una paradójica cajonera sin cajones, donde guardo toda la ropa. Para llevar aquí sólo 13 días, está desordenadísima. Qué desfase. Al otro lado está la cama. Enfrente está la mesa donde ahora estoy escribiendo. El flexo lo tengo apagado. Frente a mí hay una ventana enorme (toda la pared), y, debajo, la calefacción. La ventana y esa puerta dan a un campito donde ya he avistado varios animales. La mesa también está muy desordenada: diccionarios, papeles, periódicos gratuitos, velas, planos de Copenhague y Roskilde, tikets, dinero (no musho), cables, lápices, más papeles, mi libretita, y un sinfín de desperdicios indescriptibles.


Muebles adicionales: una silla con ruedas y otra silla fija. Yo ahora estoy en la de ruedas porque me permite ir del ordenador a la neverita sin tener que levantarme. Encima mía cuelga una lámpara redonda blanca. Si falla la alcayata puede que me descogorce. Celia, tú heredas mi tercera temporada de LOST en DVD.
Éste es mi hábitat.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Daneses amigables

Ayer por la tarde fui al Tivoli con algunas compañeras de clase. Es que en un determiando rango horario (de 7 a 8) las atracciones eran gratis. Me dio tiempo a montarme en unos columpios vertiginosos, desde los cuales se veía todo Copenhague; en la montaña rusa y en la caída libre. La pota no llegó de puro milagro. Luego la gente se dispersó, y yo me comí un perrito caliente mientras bajaba por Strøget (recuérdese, la calle peatonal más larga de Europa). La anduve de punta a punta, y luego volví a Korallen en tren. Cabe decir que la iluminación nocturna de Copenhague es preciosa.


Antes del Tivoli, gran novedad: tuve mi primer contacto prolongado con daneses (y danesAs...). Había una fiesta en el lago (la gente alrededor del lago celebrando los pocos días de sol que nos quedan), con competición para cruzarlo (a nado o en barca) incluída. Los daneses son muy graciosos. Les encanta disfrazarse. Es normal ir por Copenhague o por las fiestas y verlos llevando gorros con cuernos y otros complementos. Imaginad los artefactos y disfraces con los que cruzaron el lago... El caso es que se nos acercó un danés, dijo que le gustaba mi pelo y nos dijo que nos integrásemos. Y, claro, nos integramos.
Nos contó que en RUC los daneses están organizados por casas (como Gryffindor y Ravenclaw), y que cruzar el lago era una competición entre ellas. Era un danés amigable, y sus amig@s también.
Los daneses en RUC hacen fiesta en cualquier momento y en cualquier lugar. Cuando estoy en la biblioteca es normal mirar por la ventana y verlos al lado del lago chico (una pequeña lagunilla semipútrida junto a la biblioteca), bebiendo y festejando no-se-qué. Y al lado del edificio de comunicación hay unas tiendas de campaña en el césped, resquicio probable de algún fiestón pasado.

Bueno, a ver si seguimos integrándonos, que para algo vine a Dinamarca. Y a ver si me pillo un casco vikingo con cuernos.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Clase en RUC

Hoy voy a hablar de la clase que acabo de tener, para daros un poco de envidia (puramente académica). Llegamos después de nuestro correspondiente cafecito y pastelito (9:30 h). Nos sentamos en torno a la U de mesas. Enfrente, apoyados en sus mesas en plan informal, tres profesores jóvenes que parecen un grupo de música empiezan a conversar con la clase. Tenemos que desarrollar, a lo largo de todo el curso, en grupos de cuatro personas, un proyecto (hacer un estudio, desarrollar una idea, etc.); en esta primera clase se empezará a decidir sobre qué versarán los proyectos.
Se les pide a los alumnos que se tomen un breik de veinte minutos, y que cada uno luego presente a la clase la idea para un proyecto. En el breik podemos charlar entre nosotros y con los múltiples profesores. Luego, cada uno explica a la clase su proyecto y pone el título en la pizarra. Los profesores (aunque uno de ellos es el cabecilla, y a propósito se parece a Lars von Trier) se muestran muy interesados, tomando notas de cada proyecto y haciendo preguntas (eso sí; si algo no les gusta, te lo dicen).
Luego, cuando toda la clase ha expuesto sus proyectos, y mientras quien quiera (incluyendo a los profesores) se toma un cafecito, nos piden que nos tomemos otro breik de 20 minutos para que pensemos, de entre todos los proyectos, cuáles se parecen o podrían tener relación con el nuestro.
Tras el breik, cada uno dice las similitudes y relaciones que ha encontrado entre sus proyectos y los de los demás. De esta manera, con una pequeña tabla, se ve cuáles son los temas que más interesan, los que más conexiones tienen, etcétera.
Y, para terminar, los profesores nos dicen que mañana nuestra misión será reducir los 30 pre-proyectos a 7 u 8 proyectos; y que esta tarde trabajemos – mentalmente, pero también con los compañeros, debatiendo y tal – en ello. Luego nos dejan irnos, que es tarde ya para comer (13:00 h).
Hombre, no me dirán que esto se parece a las clases en Málaga. Por lo menos, diferentes, son.
p.d. Mi proyecto era “Adaptación de los Estudiantes Extranjeros en RUC”.

martes, 9 de septiembre de 2008

N. de P., by Mikel



Apréciense coincidencias y diferencias with "Copenhague's bird nid"

lunes, 8 de septiembre de 2008

København

Bueeeno, ya acabó el fin de semana y vuelvo al trabajo: las clases, el blog, la cantina...
El sábado pasé todo el día en Copenhague (que en danés se pronuncia “Cúenjáaaaaun”) con dos compañeros de la residencia. Decidimos que aquél sería nuestro día turístico en la ciudad, así que hicimos todo lo que se supone que han de hacer los turistas: entramos al Tivoli (bonito parque de atracciones que toma su nombre del de Torremolinos) y nos dimos un paseo en montaña rusa; luego salimos y recorrimos Strøget, que es la calle peatonal más larga de Europa (1 kilómetro y pico). Por la zona del centro los edificios son muy bonitos, antiguos, de colores y puntiagudos; pero, en contraste, todos los tejados están coronados con enormes carteles anunciando cosas.
Comimos en un italiano cerca de Strøget. Teníamos pensado ir a un sitio más típico, pero estaba TODO atestado. El centro de Copenhague está atravesado por canales (la mitad de la ciudad son islas artificiales). Después de comer cogimos un barquito que nos llevó en un paseo turístico por los canales: vimos la sirenita (a la cual, según nos contaron, le han cortado la cabeza 3 veces, la han pintado de amarillo, la han echado al agua, etc.), barrios de super-lujo y edificios modernos (hay dos construcciones espectaculares: la ópera y el Diamante Negro, una biblioteca impresionante). La verdad es que en el barco fue donde más cosas bonitas vimos.
Luego fuimos andando hacia Cristiania, un poblado hippie dentro del barrio de Christianshavn. Fue como entrar en otro mundo, sin tráfico, sin asfalto, todo lleno de grafitis y porretas y arañas como puños.
Se hacía tarde. Volvimos por Strøget. Resulta que a esa hora la calle se llena de TRILEROS, y la gente se vuelca con ellos y gasta mucho dinero. El tío mueve las cajas en el suelo y si sabes dónde está la bolita tienes que poner el pie encima. Luego le das dinero al tipo y levantas el pie; si acertaste te lo devuelve duplicado.
Atravesamos el Tivoli de noche, que iluminado estaba precioso, y luego cogimos el tren. Por desgracia, nos equivocamos de tren, y éste no nos dejaba en Trekroner sino en Roskilde; así que, hastiados y agujetosos, tuvimos que esperar en Roskilde a un tren que nos llevase a Trekroner.

(El resto del fin de semana transcurrió sin contratiempos. Aquella noche hubo en Korallen una macrofiesta de cumpleaños, y la cosa debió de írsele de las manos porque por la mañana había agua en uno de los pasillos y una de las mangueras contra incendios había sido usada. Y la gran novedad de ayer – y probablemente de todo el mes - es que terminé de ver la cuarta temporada de Perdidos, con una nueva vuelta de tuerca del genial J. J. Abrams).

viernes, 5 de septiembre de 2008

(sin asunto)

Huyendo del sentimentalismo, pero sin poder resistirme a ponerlo, he de añadir que esto está GUAPISIMO y que me ENCANTA.

Roskilde

Hola. Ayer fui a Roskilde a dar una vuelta con cuatro compañeros de Korallen. Éstos eran (sé que a mentes inquietas como la de Celia esto le interesa): Shannon y Monica, dos estadounideses muy graciosas (en Korallen hay mucho US citizen); y dos italianos, Pasquale, que el pobre anda un poco pegado con el inglés, y Paolo (el cual enamoraría al instante a una que yo me sé).

Fuimos en tren (cinco leuros cuestan ida y vuelta, pero es que aun no tengo bici). Llegamos, paseamos por sus parques y visitamos el puerto. Es una ciudad/pueblo MUY bonita, con sus casas rojas y de techos puntiagudos, poca gente por las calles, muchos árboles y céspedes, y todos los carteles llenos de Øs, Ås y Æs. Tienen una catedral muy bonita y alta, frente a la cual, perdónenme los roskildianos, tropecé, con su consecuente blasfemia. Por lo general la gente habla flojito, es educada, y muchos fuman. Otro día (cuando me adapte un poco) hablaré sobre su gutural idioma.
En el puerto hay muchos padres con sus hijos, y barcos, claro. Hay unos cuantos barcos vikingos (pero pequeñitos), un puente levadizo y algunos patos (cabe decir que Roskilde no da exactamente al mar, sino a un fiordo, Roskilde Fjord. Supongo que por eso hay patos, porque no me suena que en el mar haya patos. Y por todos lados abundantes telarañas, pero, por suerte, aún no he topado con ninguna araña.
En la calle de las tiendas (como quien dice la calle Larios de Roskilde) compré un cable pal internet. Y, por si no hacía ya frío FUERA de nuestro cuerpo, pues nos compramos un helado. Es que los daneses son de mucho helado.
Volvimos en tren a Korallen, donde tuvimos una reunión con el conserje, en la cual básicamente se dijo que mantuviéramos las cocinas limpias y que no invitásemos a toda la universidad a nuestras fiestas (?).
Cené con la gentecilla en una de las cocinas (ya mismo cuento cómo es Korallen, pero es que si lo cuento todo al principio pronto voy a tener que intercalar flashbacks y quizás también flashforwards para hacer la cosa más amena), y luego me quedé conversando con la gente hasta altas horas de la madrugada (bueno, no tan altas). Volví a la habitación 32 (la mía, por si acaso hay dudas) y me dormí, básicamente.
Mañana más.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Sobre la cantina

Hola. El día de ayer fue un día rutinario roskildeuniversitescenteriano. Tuve una larguísima clase (¡7 horas!), comí en la cantina, me fui a la biblioteca, y luego a Korallen. Otro día hablaré de Korallen y la de Universidad. Hoy toca la cantina.
La cantina es un comedor bastante grande con mesas largas que lo atraviesan. Hay una puerta que da como a una tiendecilla. Allí hay un autoservicio (a propósito, los cubiertos y los platos tienen el sello de RUC, así que ya mismo estoy mangando uno) donde hay mucha variedad de bandejas con comida para servirte, y luego pagas al peso. La comida está realmente buena: pescado blanco, carne mechada, ensaladas (con los ingredientes separados y tu los mezclas), muchas patatas, salsas exóticas riquísimas, y fruta no tan exótica (plátanos y manzanas). Lo de pagar al peso es realmente una buena idea, porque así nadie se deja nada en el plato (véanse los comedores de mi universidad de origen). Bueno, yo me dejé unos pepinillos que me serví y que estaban extremadamente picantes, incluso para un estómago acostumbrado al maltrato como el mío. Pagas (siempre ronda las 35 coronas, unos 4 €), te sientas, comes, y luego dejas tu bandeja en un mostradorcito.
No es tan distinto a un comedor en España, ¿verdad?; pues lo que SÍ es distinto es que en el mismo edificio de la cantina, separadas por un pasillo, está la librería universitaria, llena de libros y de daneses comprando libros. Como os explicaré en otro post (joler, ya me parezco a J. J. Jiménez, soltando estas píldoras pa mantener la audiencia), en Dinamarca la alimentación y la sabiduría suelen compartir el espacio (recuérdese la cafetera de la danesa de mi clase).
Joer con los daneses. Qué tíos macho.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Mi primera clase en RUC

Ayer tuve mi primera clase en RUC. Encontré a Rikke (pronúnciese Gáic) y me mandó al aula 43.3.29. Lo de la foto es mi facultad, la de Kommunication. Como llegaba tarde, le pregunté a un profesor danés que había por allí si sería de mala educación entrar una vez empezada la clase; y el tío, to simpático, me llevó al aula, llamó a la puerta y le dijo al profesor que había un nuevo pupilo.
La clase es muy pequeña, seremos unos 20 alumnos. Las mesas están dispuestas en forma de U con el profesor delante, sin tarima ni otras distinciones. Algunos alumnos llevan portátiles, y pronto llegará el momento en que mientras el profesor habla yo esté colgando comentarios en el tuenti (es broma). La clase consiste en lo siguiente: el profesor – Thomas Tufte –, que, a propósito, se dirige a cada alumno por su nombre, explica lo que sea; y luego deja que los alumnos hablemos. El debate suele ser bastante interesante, y todos hablamos. Entretanto, Thomas añade cosas, toma notas, etcétera. Ha viajado un montón y ha publicado varios estudios, y encima es buena gente y dice “that's a good question” a todas las preguntas.
Como la clase es espesita (no sólo por ser en inglés, porque en español tampoco me enteraría de nada), cada cierto tiempo hay un intermedio. Descansamos un poco, los fumadores se fuman su cigarrito – pasando un frío pelón -, yo intento socializar un poco, etcétera.
Casi todos mis compañeros son extranjeros (extranjeros no-daneses, quiero decir), sobre todo chicas mayores (mayores respecto a mis posibilidades, me refiero). Y, cosa graciosa, una chica – danesa – va a clase con su cafetera y su taza, y se toma cada media hora un cafecito.
Después de la clase (que versaba sobre los Estudios de Audiencia) comí en la cantina, me compré y posteriormente leí un tocho de folios sobre los malditos estudios de audiencia y luego vi “Hard Candy” en mi habitación, sólo y melancólico, hasta que dos compañeros de Korallen vinieron a decirme que fuera a cenar, con lo que la soledad y la melancolía desaparecieron (al menos temporalmente).

martes, 2 de septiembre de 2008

Shopping list

Aunque resulte extraño, los precios en el supermercado son bastante baratos. Digo esto porque ayer por la tarde fui a Fakta, el supermercado que hay más cerca de Korallen (Korallen es mi residencia), camino del cual, a propósito, me llovió; y he aquí lo que compré, y sus precios (en leuros):

1 l de aceite (rapsoile) – 1,42
bote de tomate triturado (pizza topping) – 0,9
paquete de sal (groft salt med jod) – 0,42
1 kg de espaguetis (spaghetti) – 1,16
1 litro de yogur buenísimo (marklyst jordbær yoghurt) – 1,3
1 kg de arroz (grødris) – 0,9
galletas de chocolaaaate (kiks med cacaocreme) – 1,3
pan de molde (hvedetoast) – 0,87
la bolsa para llevarlo todo (bærepose med hank) – 0,32
toiletpapir 8 ruller – 1,81
- total 10,41 - le atendió Nickolai -

Pues eso, que no es tan caro como parecía.
Luego contaré mis peripecias de la tarde. Ahora estoy recién levantado y he de ir a la universidad. A ver si por fin consigo hablar con mi coordinadora Rikke, o con quien sea. Y, además, he encotnrado un sitio donde hay café gratis, y no dejaré pasar esta oportunidad. Ya os contaré.
p.d. A las 6 de la mañana ya hay un sol como de mediodía. A ver si me acostumbro porque esto es mu duro.

lunes, 1 de septiembre de 2008

El danés que me tomó por un Roskildiano

Hoy, al salir del Danhostel, se me rompió una de las ruedas de la maleta. La rueda rota hacía que el peso fuese el doble. Cada 25 metros tenía que pararme a beber agua, descansar la espalda y mirar el plano. Sudoroso, subiendo por una calle, perdido y sin desayunar, me encaminaba hacia una oficina (todavía en Roskilde, no en el campus, que está en el quinto pino) a por la llave de la habitación 32. Y en estas se me acerca un camionero danés y se pone a preguntarme (en danés) que cómo se va a una calle. Lo sé porque no hacía más que enseñarme un plano churretero y señalando un sitio. Como buenamente pude le dije que no entendía el danés y que, por si no se había dado cuenta, yo no era de Roskilde.
Llegué maltrecho a la oficina, donde me dieron la llave. Cuando ya salía de nuevo, un señor que acompañaba a un chico a hacer la misma gestión se dio cuenta del percal y me dijo que él me llevaría a Trekroner (la calle del campus donde está mi habitación), porque el chico también iba para allá. El hombre era muy gracioso y su nombre se pronunciaba Alf. El chico es francés y se llama Alexander.
Llegué a la habitación, ordené algunas cosas – no todas – y ahora he venido a darme una vuelta por RUC (Roskilde Universitetscenter). Es la una y toda la gente ya ha comido. Lo sé porque estoy escribiendo esto en un sofá en la cantina. Asustado, le pregunto a la muchachita que está al lado mía que a qué hora cierra esto. La muchachita no parece muy danesa porque es negra, pero por la conversación que anda manteniendo con otra muchachita me parece que lo que habla es danés. Me dice que no me preocupe, que a las dos. Respiro tranquilo.
Respecto al campus y a mi habitación, ya explicaré cómo son, que en un blog uno no puede extenderse tanto, que esto tiende al egocentrismo.